A Rapa das Bestas de Sabucedo Entre todos los curros o rapas das bestas que tienen lugar en Galicia durante el verano, el de Sabucedo destaca por haber conservado la pureza de la tradición. Este es el único curro en el que los aloitadores se enfrentan con los caballos de igual a igual, sin cuerdas ni palos, para inmovilizarlos y raparles las crines. Jóvenes de la parroquia se inician cada año en una tradición centenaria que llevan en la sangre, una forma de entender la vida en comunión con los caballos. La rapa de Sabucedo se hizo siempre en un recinto de piedra (el curro) en el centro del pueblo. Desde hace unos años, se desplazó al curro nuevo, hecho de mampostería, donde es seguida por un multitudinario público. La fama de la rapa de Sabucedo, una tradición ancestral, con un fuerte componente ritual, recibió la atención de antropólogos y estudiosos de todo el mundo. Se celebra bajo la protección de San Lorenzo –parte de los caballos salvajes pertenecen al santo, es decir, a la parroquia, y son estos los que se rapan en la fiesta–, a quien se encomienda el pueblo en la misa del amanecer del sábado. Vecinos y visitantes salen después al monte, con provisiones para reponer fuerzas, a buscar los caballos y conducirlos hacia el curro, en una singular experiencia turístico-etnográfica. Corpus Christi de Ponteareas Las calles céntricas de Ponteareas amanecen el domingo de Corpus tapizadas de espectaculares alfombras florales sobre las que pasará la procesión del Santísimo Sacramento. La tradición, que tiene más de 150 años de antigüedad, perdura gracias al tesón de los vecinos, que durante la víspera trabajan en su confección. Aunque también son figurativos, la mayoría de los diseños son dibujos geométricos y, en todos los casos, sorprenden por su magnitud y su colorido. El significado de las alfombras, que acostumbran a ser más de una docena, es profundamente religioso, ya que se realizan como ofrendas al Santísimo. Muchos son los visitantes que se acercan por la noche para asistir a su confección, en la que se emplea una amplia variedad de plantas, entre ellas la hortensia, el mirto, la mimosa, el hinojo, la rosa… El trabajo es una auténtica manifestación de voluntariedad popular en la que participan niños y mayores, cada uno con una misión, y todos con el propósito de acabar antes de las nueve de la mañana del domingo. Durante la solemne procesión, la Custodia, con las autoridades municipales a la cabeza, mujeres ataviadas con mantilla blanca, banda de música, niñas y niños de Primera Comunión…, se detendrá en varios altares y será bañada por una lluvia de pétalos lanzados desde los balcones, en un dispendio de colorido al que el público asiste emocionado desde las aceras. Al acabar la misma, la belleza y el valor artístico de las alfombras desvanece, y solo queda su testimonio en las fotografías que toman compulsivamente millares de espectadores. Festival Internacional Mundo Celta de Ortigueira Miles de personas pernoctan al lado de la playa de Morouzos de Ortigueira, en una amplia área de acampada libre bajo los pinos, con motivo del Festival Intercéltico do Mundo Celta, que desde 1978 es el referente musical del verano en Galicia y una cita ineludible para los amantes de la música folk en todo el mundo. La localidad vive durante cuatro días y cuatro noches bajo el hechizo de la música de grupos e intérpretes con raíces culturales compartidas. Bandas históricas de música celta, así como una buena representación de creadores gallegos, comparten cartel con grupos emergentes o no consolidados que buscan hacerse un sitio en el panorama folk de la Península Ibérica. La zona marítima de Ortigueira es un ir y venir de jóvenes, entre la zona de acampada –dotada de todo tipo de servicios y de cuyo mantenimiento y limpieza se ocupa el Ayuntamiento– y los escenarios del festival. Además, hay transporte urbano gratuito desde las áreas de estacionamiento hasta los campamentos. A programación musical se completa con otras propuestas culturales, desde exposiciones y representaciones teatrales y de marionetas hasta una feria de artesanía en el paseo marítimo, además del tradicional desfile de bandas de gaitas procedentes de todos los territorios celtas, desde Escocia hasta Galicia y Asturias, pasando por Irlanda, la isla de Man, Cornualles, Gales y Bretaña. Festividad del Apóstol Santiago El 25 de julio es la fiesta mayor de Galicia, teniendo como referencia del verano a Santiago de Compostela y a su catedral. Aquí convergen antiquísimos caminos y tradiciones que crean Europa. Toda fiesta o romería de Galicia es una ancestral llamada a la consolidación del grupo alrededor de elementos sacros y profanos con fuerte simbolismo. A la media noche de la víspera del Día del Apóstol, en O Obradoiro, tiene lugar la sesión de fuegos de artificio, con la tradicional “quema de la fachada de O Obradoiro”. Una prueba más del ancestral culto a los coloristas fenómenos ígneos, guiados por pirotécnicos en este escenario de arte. La fantasía de luces, colores y creatividad potencia el barroquismo pétreo que caracteriza la histórica arquitectura compostelana. El veinticinco se realiza la solemne ofrenda al Apóstol en la catedral y por las rúas desfilan los cabezudos con música tradicional y conciertos en las plazas. Romería en las carballeiras, bajo el abovedado de centenarios robles. Las fiestas del Apóstol sintetizan y centran el sentir gallego, llamada y encuentro solidario en el escenario de la historia. Romería Vikinga de Catoira Con las Torres de Oeste, solar que fue asentamiento romano y con los vestigios de las torres medievales, que fueron custodia de los accesos por el río Ulla a Jacobsland, como le llamaban los nórdicos a la ciudad del Apóstol. Aquí, entre los recuerdos de aquella historia, cada primer domingo de agosto se escenifica el recuerdo de las invasiones: los “drakkars” vikingos arriban… aturuxos, blandir de espadas de los cornudos y gruesos pelirrojos nórdicos… los “cristianos” no pueden resistir… escaramuzas, humo y finalmente un confraternal convite, la esencia de la romería, entre actores y espectadores, mezclados con gaiteiros. Mientras, las bombas de palenque resuenan en toda la ría de Arousa. Semana Santa de Ferrol Desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección, se suceden sin parar las procesiones que rememoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Las calles de Ferrol se llenan de fervor religioso y bullicio, en torno a los pasos de sus cinco cofradías, herederas de una tradición secular y de un espíritu de hondo calado popular que resiste a los cambios sociales y generacionales. Vistosas, multitudinarias, emotivas y solemnes, destacan entre todas ellas las del Viernes Santo: por la mañana, el Santo Encuentro, en la plaza de Armas, ante la Casa Consistorial; por la tarde, la del Santo Entierro, de marcado carácter litúrgico, en la que se lleva la Santa Urna, toda una reliquia de la Semana Santa ferrolana y, por la noche, la estremecedora procesión de los Caladiños, que recorre la calles del casco histórico de la Magdalena, con los pasos de las Tres Marías, San Juan y la Virgen de los Dolores, y se retira de madrugada, tras el tradicional canto de la Salve. El Jueves Santo tiene lugar la procesión del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Piedad, la más larga y numerosa de todas, en la que participan 1.800 cofrades, siete pasos y nueve bandas de música y que acaba con el emotivo canto de los militares de la Brilat. Semana Santa de Viveiro Numerosos pasos, algunos de ellos articulados y de gran interés artístico, protagonizan las solemnes procesiones de Semana Santa de Viveiro, en las que cofradías y Hermandades llenan de religiosidad y ambiente íntimo la calles de la localidad. Eucaristías, vía crucis, tamborradas… preceden a los días grandes. Los actos más llamativos comienzan el Jueves Santo, con la procesión de la Última Cena –el paso de la Cena fue creado en 1808 por un artesano que tomó a marineros del vecino puerto de San Cibrao como modelos para las figuras de los Apóstoles– y del Prendimiento, organizada por la Hermandad del Prendimiento, muy llamativo por sus túnicas y capuchas de colores roja y blanca. El Viernes Santo por la mañana tiene lugar la procesión del Encuentro, otra emocionante ceremonia en la que participan, junto al Cristo que cae, las tallas de la Dolorosa, San Juan y la Verónica, y que es seguida por la multitud desde los balcones y las calles con creciente interés. Por la tarde, tras el Desenclavo se celebra la procesión del Santo Entierro, la más lujosa de todas, con los portadores ataviados con negra ropa talar de larga cola y un gran capuchón con antifaz. La Procesión de la Pasión tiene lugar en la media noche del Viernes Santo. En ella participan con sus respectivos pasos varias cofradías y hermandades, entre ellas la de las Siete Palabras y la de Mujeres de la Santa Cruz, ataviadas con su clásica mantilla. En la media noche, sale a las calles la procesión de la Soledad o de los Caladiños, con los pasos de la Verónica, San Juan y la Virgen de la Soledad, acompañados por una multitud de fieles con velas encendidas en el más impresionante recogimiento. Fuente de la información: Turgalicia
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Marzo 2022
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