Colegiata del Sar
La visita a la Colegiata de Sar es obligatoria. Fue fundada en el año 1134 y después beneficiada por el primer arzobispo de Compostela, Diego Xelmírez. Es el edificio románico mejor conservado de Santiago, aunque de un modo casi milagroso. |
Descripción
El conjunto de Santa María la Real de Sar es un ejemplo único del arte románico en Santiago, está emplazado en las cercanías del centro histórico de la ciudad, en el barrio de Sar; nombre debido al río que cruza la zona.
Fue fundada por Munio Alfonso, obispo de Mondoñedo y antiguo colaborador de Xelmírez. En 1136, año de la muerte del primero, Diego Xelmírez continuó la obra comenzada. En un principio, la construcción del monasterio de Sar tenía como cometido fundamental servir de casa de retiro para los canónigos regulares regidos por la regla de San Agustín, aunque también sería necesario destacar la dedicación a los peregrinos y al camino de Santiago en general.
El trazo más significativo de este edificio, que es lo que lo hace único entre todos los de Galicia, es la pronunciada y fortuita inclinación de sus muros y pilares. Paralelo al muro sur del templo se conservan parte de uno de los lados del claustro medieval, destacado ejemplo del románico compostelano. Conserva casi todos los elementos primitivos, exceptuando los macizos contrafuertes exteriores, añadidos en el S. XVIII, para reforzarla. Su belleza fue recompensada al declararse en 1895 como Monumento Nacional.
En la iglesia y en el claustro se conserva una importante colección de sarcófagos, siendo el más antiguo del año 1240, del Arzobispo Bernardo, retirado en Sar.
Fue fundada por Munio Alfonso, obispo de Mondoñedo y antiguo colaborador de Xelmírez. En 1136, año de la muerte del primero, Diego Xelmírez continuó la obra comenzada. En un principio, la construcción del monasterio de Sar tenía como cometido fundamental servir de casa de retiro para los canónigos regulares regidos por la regla de San Agustín, aunque también sería necesario destacar la dedicación a los peregrinos y al camino de Santiago en general.
El trazo más significativo de este edificio, que es lo que lo hace único entre todos los de Galicia, es la pronunciada y fortuita inclinación de sus muros y pilares. Paralelo al muro sur del templo se conservan parte de uno de los lados del claustro medieval, destacado ejemplo del románico compostelano. Conserva casi todos los elementos primitivos, exceptuando los macizos contrafuertes exteriores, añadidos en el S. XVIII, para reforzarla. Su belleza fue recompensada al declararse en 1895 como Monumento Nacional.
En la iglesia y en el claustro se conserva una importante colección de sarcófagos, siendo el más antiguo del año 1240, del Arzobispo Bernardo, retirado en Sar.