Centro histórico de Viveiro
Esta villa marinera, con título de ciudad desde finales del s. XIX, cuenta con el casco histórico más importante de todo el litoral norte de Galicia. Su poderío patrimonial tiene mucho que ver con sus funciones como puerto comercial, importante desde la edad media. |
Descripción
Viveiro, un típico pueblo marinero, posee unos de los centros históricos más importantes de toda la costa norte gallega; desarrollado en gran medida debido al importante comercio realizado desde su puerto, ya en la Edad Media.
Aunque abundantes yacimientos arqueológicos y testimonios históricos hablan a las claras de la importancia que alcanzaron los asentamientos celtas y romanos, no sería hasta los siglos XII y XIII cuando se configure propiamente la villa de Viveiro, tal como la entendemos en la actualidad. El desarrollo económico experimentado en esta época se prolongó a lo largo de los siglos XIV y XV, quedando acreditada su pujanza por el carácter gremial de algunas de sus más antiguas calles -da pilitaria o da zapatería- por ejemplo, que revela el característico perfil social y económico de las mejores poblaciones medievales.
Otro tanto es lo que proclaman también los restos del antiguo circundo amurallado, antaño concebido tanto para la defensa frente a los ataques exteriores como para el aislamiento de sus vecinos en tiempos de peste. Los restos de su muralla, que a pesar de su importancia y solidez sucumbió como tantas otras ante la mal entendida modernidad del pasado siglo, son fácilmente localizables en el circundo de la antigua villa, aunque casi siempre figuren incorporados a otras pequeñas edificaciones. A pesar de todo, todavía permanecen en pie tres de sus seis primitivas puertas: la del valado, que muestra su origen románico; la de la villa, construida en 1217; y la del castillo del puente, también llamada de Carlos v, que es la insignia del Viveiro monumental actual, sobre la que se conservan esculpidas las armas imperiales del monarca, las primitivas del Reino y las propias de la ciudad.
Em cuanto a la arquitectura, el románico dejó importantes huellas en las tierras de la ciudad; destacan las iglesias de San Pedro,de Santa María y la antigua conventual de San Francisco. Trazas románicas y ojivales pueden también descubrirse en la iglesa del convento de las dominicas de Valdeflores, en Xunquera. Otro testimonio igualmente caracterizado de la gran herencia medieval de Viveiro es el largo puente sobre el Landro, ampliado con toda grandeza en los siglos XV, XVI y XVIII.
Aunque abundantes yacimientos arqueológicos y testimonios históricos hablan a las claras de la importancia que alcanzaron los asentamientos celtas y romanos, no sería hasta los siglos XII y XIII cuando se configure propiamente la villa de Viveiro, tal como la entendemos en la actualidad. El desarrollo económico experimentado en esta época se prolongó a lo largo de los siglos XIV y XV, quedando acreditada su pujanza por el carácter gremial de algunas de sus más antiguas calles -da pilitaria o da zapatería- por ejemplo, que revela el característico perfil social y económico de las mejores poblaciones medievales.
Otro tanto es lo que proclaman también los restos del antiguo circundo amurallado, antaño concebido tanto para la defensa frente a los ataques exteriores como para el aislamiento de sus vecinos en tiempos de peste. Los restos de su muralla, que a pesar de su importancia y solidez sucumbió como tantas otras ante la mal entendida modernidad del pasado siglo, son fácilmente localizables en el circundo de la antigua villa, aunque casi siempre figuren incorporados a otras pequeñas edificaciones. A pesar de todo, todavía permanecen en pie tres de sus seis primitivas puertas: la del valado, que muestra su origen románico; la de la villa, construida en 1217; y la del castillo del puente, también llamada de Carlos v, que es la insignia del Viveiro monumental actual, sobre la que se conservan esculpidas las armas imperiales del monarca, las primitivas del Reino y las propias de la ciudad.
Em cuanto a la arquitectura, el románico dejó importantes huellas en las tierras de la ciudad; destacan las iglesias de San Pedro,de Santa María y la antigua conventual de San Francisco. Trazas románicas y ojivales pueden también descubrirse en la iglesa del convento de las dominicas de Valdeflores, en Xunquera. Otro testimonio igualmente caracterizado de la gran herencia medieval de Viveiro es el largo puente sobre el Landro, ampliado con toda grandeza en los siglos XV, XVI y XVIII.