Muralla de Betanzos
Muralla que rodea el casco histórico de la villa de Betanzos. Su existencia aparece documentada ya en el siglo XIII. Betanzos es la villa gallega que conserva más puertas medievales. |
Descripción
De esta muralla, que rodeaba la ciudad, ha llegado poco hasta nuestros días, aunque todavía se puede distinguir. Está documentada su existencia ya en el siglo XIII, aunque los restos que se conservan recinto datan, seguramente, del siglo XIV. Posteriormente los Reyes Católicos llevaron a cabo una importante reconstrucción del mismo en el siglo XV.
Tenía un grosor de 2,70 a 3 metros, con variante en altura, comprobada, de 8 a 14 m. y de 16 a 18 m.. En zonas como la huerta del exconvento de San Francisco y en la calle de las Monjas, son visibles albarranas y almenas, y alguna calle como la de la Cerca nos la recuerda.
Cuatro puertas y un postigo, todas ellas del siglo XV, daban acceso a la ciudad: la llamada Puerta de la Villa, en frente al Campo de la Feria, fue derribada en el año 1872 para ensanchar la entrada a la villa; con ella también desaparecieron las almenas y son trasladados los escudos que la coronaban. Las otras tres puertas eran y que se conservan en la actualidad: la del Puente Nuevo, de la Rivera o del Cristo y la del Puente Viejo. Las tres son de forma apuntada, con las rendijas de los rastrillos en la primera y en la tercera; presentando la segunda, por encima de un pequeño balcón, un Cristo y detrás, pintados, una ciudad con un sol y una luna.
Tenía un grosor de 2,70 a 3 metros, con variante en altura, comprobada, de 8 a 14 m. y de 16 a 18 m.. En zonas como la huerta del exconvento de San Francisco y en la calle de las Monjas, son visibles albarranas y almenas, y alguna calle como la de la Cerca nos la recuerda.
Cuatro puertas y un postigo, todas ellas del siglo XV, daban acceso a la ciudad: la llamada Puerta de la Villa, en frente al Campo de la Feria, fue derribada en el año 1872 para ensanchar la entrada a la villa; con ella también desaparecieron las almenas y son trasladados los escudos que la coronaban. Las otras tres puertas eran y que se conservan en la actualidad: la del Puente Nuevo, de la Rivera o del Cristo y la del Puente Viejo. Las tres son de forma apuntada, con las rendijas de los rastrillos en la primera y en la tercera; presentando la segunda, por encima de un pequeño balcón, un Cristo y detrás, pintados, una ciudad con un sol y una luna.